lunes, 13 de febrero de 2012

El Circo de las Mariposas

Un hermoso cortometraje el cual nos deja un gran mensaje, Nosotros decidimos si nos quedamos atrapados por nuestros problemas o dejamos volar nuestro espíritu para salir adelante a pesar de los problemas que nos presenta la vida.


Lectio Divina: Como acercarnos a la lectura de la biblia y que ella nos toque:

La sistematización de la «Lectio divina» en cuatro peldaños proviene del siglo XII. Alrededor del año 1150, Guido, un monje cartujo, escribió un librito titulado «La escalera de los monjes», en donde exponía la teoría de los cuatro peldaños: la lectura, la meditación, la oración y la contemplación». Con esta escalera los monjes suben al cielo.

les comparto esta manera de hacerlo que encontre en internet: 

Cuando quieras sumergirte en la lectura orante, busca un lugar donde puedas estar con tu Padre Dios. Confía en que Él te atrae a sí para hablar a tu corazón y colmarte de bendiciones. No digas: "No tengo tiempo", porque las horas de tu jornada están a tu servicio, y tú no eres esclavo del reloj.





Es una forma tradicional de cultivar la amistad de Cristo. Es un medio de escuchar los textos de la Escritura como si nosotros estuviéramos en conversación con Cristo y Él mismo estuviera sugiriéndonos los temas de conversación. El encuentro diario con Él y la reflexión sobre Su Palabra, nos lleva más allá de un mero conocimiento a una actitud de amistad, confianza y amor. La conversación se simplifica y se convierte en comunión.
A través de la Lectio Divina Dios nos sana, libera, ama y con amor nos confronta e interpela, nos mueve gradualmente al cambio y a la conversión.
Cuatro momentos:




Lectio
Recomendamos...
Comenzar con la siguiente Oración:

Ven Espíritu Santo,
llena los corazones de tus fieles
y enciende en ellos el fuego de tu amor.
Envía Señor tu Espíritu,
y renueva la faz de la Tierra


Leo el texto cuatro veces lentamente, dejando unos tres minutos de silencio cada vez para pasarlo por el corazón, lo leo hasta que el texto se haga uno conmigo. Escucho que dice el texto, en su contexto. Es el tema de conversión que Dios me está proponiendo como diálogo, para relacionarme con Él. Siempre habrá una palabra en el texto que el Espíritu te inspirará al leer para llevarla a tu vida. "La Palabra" es alimento, en este primer momento: "Recibo el alimento". Hago la recreación del texto con mis palabras.
+Memoriza alguna frase que llame tu atención


Meditatio
Repito, mastico, rumio, pondero, saboreo la palabra de conversión para discernir que me dice a mí. La dejo resonar en mi corazón. A ejemplo de María que guardaba todas estas cosas en su corazón (Lc. 2,19). Yo guardo la palabra de El que me da la vida para escucharla con los oídos del corazón. Requiere silencio, calma y soledad. Toda palabra es revelación. Es mi oración que trae la Presencia de Dios a mi vida cotidiana.
En este momento pongo "La Palabra" en mi boca, me alimento con ella.
+Pregúntate:
-¿A qué me invita el texto leído?
-¿Qué es lo que Cristo me pide?
-¿Cómo fortalece mi fe, esperanza y caridad?

Oratio
Después de leer y rumiar yo respondo. Es mi respuesta a la conversación iniciada por Dios, es personal, espontánea, brota del corazón.
Puede ser de: alabanza, adoración, acción de gracias, alegría, bendición, petición.
En este momento “Doy mi Respuesta a Dios”
+Dejar hablar al corazón
+Componer, mentalmente, una oración de arrepentimiento, súplica, agradecimiento, alabanza, entrega, etc., según corresponda
+Dejar un momento de silencio para contemplar el amor de Dios, y dejar que la Palabra (leída) ilumine mi vida
+Recitar una oración vocal ya existente: Padre Nuestro, Ave María, Credo, un Salmo, etc. coherente con la moción interior

Contemplatio

La Contemplación es un don, una gracia, que el Señor nos otorga. Con la práctica de la Oración Centrante y de la Lectio Divina desmantelamos los obstáculos y nos disponemos a recibirlo.
Es un “Descanso en Dios”, si el Señor me concede el don disfruto de Su Presencia en mi vida, me vuelvo silencio, dejo que Él toque y sane mis heridas, me rindo, me abandono en Sus brazos. El Señor va dejando el sabor de Él en mí, me uno al mundo en Él.

Yo estoy en Él y Él en mí, Somos Uno.

Experiencia inefable que no tiene palabras.

  • Es un encuentro personal con Dios mediante Su Palabra.
  • Es la escucha ordenada y personal de la Palabra.
  • Es una gracia de Dios que hay que pedir con humildad.

Quédate con una frase que te acompañe durante el día para revivir esa presencia de Dios en tu vida
+Señal de la Cruz
+ Vuelve a tus obligaciones diarias pensando:
-¿Qué tengo que cambiar en mi vida para mejor imitar a Nuestro Señor y aumentar mi Amor a Dios?
-¿Qué medios me regala Dios para ello?

Fuente: www.jesussalvamifamilia.org

La Palabra de Dios para tus Necesidades

No vaciló, sin embargo, ni desconfió de la promesa de Dios, antes bien cobró vigor en la fe y dio gloria a Dios, plenamente convencido de que si Él promete, tiene poder para cumplir." Romanos 4:20-21
En el mundo diariamente te rodean circunstancias adversas: amargura, desánimo, tristeza, enfermedad, y pobreza. Cuando experimentes algunos de estos estados de ánimo, es el momento de fortalecer tu existencia con el vigor de la Palabra. Divina. En ella encontrarás el mensaje adecuado a tu necesidad, que te llenará de fortaleza.
Innumerables son los testimonios que hemos recibido de personas que al proclamar con fe la Palabra de Dios han encontrado respuesta y alivio a su problema.
¡Anímate! Llena tu corazón y tu mente con la Palabra divina y ayuda a otros dando testimonio del poder de la Palabra de Dios en tu vida. Recuerda Dios cumplirá lo prometido, Él tiene un plan perfecto para tu vida y el tiempo que ha señalado para responder es también perfecto.
Apóyate firmemente en la palabra de Dios, confía en sus promesas, ellas te pertenecen, debes creerlas, proclamarlas con fe, para que actúen en tu vida y proporcionen alivio a tu necesidad.

domingo, 12 de febrero de 2012

¿Podemos tener y venerar las imagenes de Jesus y de los Santos?

¿Podemos tener y venerar las imágenes
de Jesús y de los santos?

Al concluir una breve homilía, el sacerdote señala:
Nos visita una hermana consagrada, una misionera apóstol de la Palabra, que quiere compartir un breve tema con nosotros: ¿Podemos tener y venerar las imágenes de Jesús y de los santos?
Hermana consagrada:
Estimados hermanos: ¿Qué piensan ustedes? ¿Podemos tener y venerar las imágenes de Jesús y de los santos? ¿Qué dirá la Biblia al respecto?
Una católica confundida levanta la mano y, desde su lugar, responde: Yo creo que no debemos tenerlas, ni mucho menos venerarlas, hermana. Yo soy católica de hueso colorado, pero tengo una prima evangélica que me mostró este pasaje bíblico muy claro:
No te harás estatua ni imagen alguna de lo que hay arriba, en el cielo, abajo, en la tierra, y en las aguas debajo de la tierra. No te postres ante esos dioses, ni les sirvas, porque yo, Yavé, tu Dios, soy un Dios celoso (Ex 20, 4-5).
Para mí es un texto muy claro. Aclaro que yo soy católica, pero desde que leí este texto ya no tengo imágenes y pienso que todos los católicos debemos desecharlas.
Hermana consagrada:
Queridos hermanos: ¿han visto hasta donde se puede llegar por una lectura apresurada de la Biblia? A que nos alejemos de la enseñanza de la Iglesia y empecemos a tener ideas protestantes. Piensen que muchas enseñanzas no están ordenadas en la Biblia de forma sistemática como se hace en el catecismo. Están más como un rompecabezas, repartidas a lo largo de toda la Biblia: necesitamos tener todas las piezas para ver qué enseña realmente la Biblia sobre determinado tema. En el caso de las imágenes, no basta leer dos o tres textos bíblicos. Hay que ver todos los textos que se refieren a ese tema. Pues bien, estudiando más atentamente la Biblia, nos damos cuenta de que Dios no prohíbe las imágenes, prohíbe los ídolos. ¿Dónde se encuentra esta enseñanza? En la Biblia se muestra con claridad que Dios mandó hacer imágenes. Así es. Dios no prohíbe las imágenes, puesto que él mismo le encomendó a Moisés la elaboración de dos imágenes. Veamos Ex 25, 18:
Asimismo, harás dos querubines de oro macizo, y los pondrás en las extremidades de la cubierta (Ex 25, 18).
Hermanos: Les pregunto. ¿Qué son los querubines? Exactamente, son ángeles; es decir, algo que hay arriba en el cielo. Según lo que acabamos de leer, ¿quién le ordenó a Moisés hacer estas imágenes? Efectivamente, fue Dios, como se lee en Ex 25, 1: Yavé habló a Moisés pare decirle. ¿Por qué lo hizo? Porque Dios no está en contra de las imágenes. Veamos Nm 21, 8, donde nuevamente vemos que Dios mandó hacer una imagen muy especial:
Yavé le dijo a Moisés: "Hazte una serpiente-ardiente y colócala en un poste. El que haya sido mordido, al verla, sanará" (Nm 21, 8).
¿Creen ustedes que Moisés obedeció a Dios? ¿Creen que le reclamó, diciéndole: “Señor, pero tú nos prohibiste hacer imágenes”? No, no lo hizo. Veamos el versículo siguiente:
Moisés hizo una serpiente de bronce y la puso en un poste. Cuando alguien era mordido por una serpiente, miraba la serpiente de bronce y se sanaba (Nm 21, 9).
Católica confundida:
Pero mi prima me dijo que Dios mandó destruir esa serpiente de bronce.
Hermana consagrada:
Bueno, hay que aclarar que Dios no mandó destruirla. Fue una decisión que tomó el rey Ezequías.
[Ezequías] suprimió los santuarios de las lomas, quebró los cipos y cortó los troncos sagrados. También destruyó la serpiente de bronce que Moisés había fabricado en el desierto, pues hasta ese tiempo los israelitas le ofrecían sacrificios y la llamaban Nejustán (2Re 18, 4).
Católica confundida:
Hermana, yo quiero saber porqué la destruyó el rey Ezequías.
Hermana consagrada:
Precisamente porque muchos israelitas le deban culto de idolatría y le daban el nombre de Nejustán, un dios de los pueblos paganos. El rey Ezequías la destruyó porque para muchos judíos la serpiente de bronce había dejado de ser una imagen y se había convertido en un ídolo.
Católica confundida:
Hermana, ¿pero imagen e ídolo es lo mismo? ¿No es así?
Hermana consagrada:
No, hermana. Imagen es un retrato o fotografía, una representación de algo o de alguien, como los retratos y fotografías que tenemos en casa. Ídolo es un falso dios, aquello que ponemos en lugar de Dios. En este sentido conviene señalar y dejar muy en claro que Dios permite las imágenes y prohíbe los ídolos. El salmo 135 nos puede ayudar a tener ideas claras al respecto:
Sus ídolos no son más que oro y plata, una obra de la mano del hombre. Tienen una boca pero no hablan, ojos, pero no ven, orejas, pero no oyen, nariz, pero no huelen. Tienen manos, mas no palpan, pies, pero no andan, ni un susurro sale de su garganta. ¡Que sean como ellos los que los fabrican y todos los que en ellos tienen confianza! (Sal 135, 4-8)
¿En que se parecen una imagen y un ídolo? Ambos son hechos por el hombre, pueden ser construidos de oro, de plata o de cualquier otro material disponible. Se colocan en los templos, en las casas o en los caminos. ¿En qué se distingue una imagen de un ídolo? A una imagen se le da cierto respeto por la persona que está representada, como respetamos las fotografías de nuestros familiares y amigos. A un ídolo se le adora, se pone la propia confianza en él, se le atribuye vida y poder, como hacían los paganos con las estatuas de sus dioses. Se le considera un dios. Como les pasó a los israelitas con el becerro de oro, cuando le pidieron a Aarón que les fabricara un dios:
Moisés no bajaba del cerro y le pareció al pueblo un tiempo largo. Se reunieron en torno a Aarón, al que dijeron: «Fabrícanos un dios que nos lleve adelante, ya que no sabemos qué ha sido de Moisés, que nos sacó de Egipto.» Aarón les contestó: «Saquen los aros de oro que sus mujeres, y sus hijos e hijas llevan en sus orejas, y tráiganmelos.» Todos se los sacaron y los entregaron a Aarón. El los recibió y fabricó un ternero de metal batido. Entonces exclamaron: «Israel, aquí están tus dioses que te han sacado de Egipto.» (Ex 32, 1-4)
Los israelitas hicieron la imagen de un becerro de oro, pero su error y su pecado fue considerarla un dios. Su error fue caer en la idolatría, considerando que el becerro de oro era un dios y que los iba a llevar adelante. Los católicos no pensamos de esta forma acerca de las imágenes. Los católicos respetamos a las imágenes, pero no las adoramos. No pensamos que tengan vida y poder. No pensamos que son dioses. Para nosotros son sólo imágenes que representan a Jesús, a María y a los santos. Nos ayudan a que nos acordemos de Dios y nada más, como hacían los israelitas con el Arca de la Alianza:
David reunió de nuevo a todo lo mejor de Israel, unos treinta mil hombres. Cuando estuvieron listos, partió con todo su ejército para Baalá de Judá. Iban a buscar el Arca de Dios, sobre la cual se invoca el Nombre de Yavé de los ejércitos, quien se sienta en ella sobre los querubines. Pusieron el Arca de Dios en una carreta nueva y la llevaron de la casa de Abinadab, que está en la loma. Uzzá y Ajyó, hijos de Abinadab, conducían la carreta con el Arca de Dios. Uzzá caminaba al lado del Arca y Ajyó iba delante de ella. David y todo el pueblo de Israel bailaban delante de Yavé con todas sus fuerzas, cantando y tocando cítaras, arpas, panderos, sistros y címbalos (2Re 6, 1-5). 
Aquí vemos que se puede venerar algo o a alguien sin cometer pecado de idolatría. Como hacían los israelitas con el Arca, con el Templo, con la ciudad de Jerusalén. Como hacemos los católicos y los hermanos separados con la Biblia, a la que amamos tanto porque contiene la Palabra de Dios.
Católica confundida:
Hermana, le agradezco mucho su intervención. De hoy en adelante seré más astuta al hablar con mi prima evangélica y le prometo que mejor estudiaré mi fe católica, para no dejarme encañar tan fácilmente.
Hermana consagrada:
¡Un fuerte aplauso para la hermana! Como se habrán dado cuenta, queridos hermanos, la Iglesia católica tiene una respuesta bíblica a las objeciones de los hermanos separados. Muchas gracias por su atención.
Afectuosamente en Cristo Jesús,
Pbro. Jorge Luis Zarazúa Campa, fmap
Fr. Nelson M.
amigos@fraynelson.com